IA en las aulas: los docentes reclaman capacitación y alumnos a la deriva
- AIEPA

- 15 oct
- 3 Min. de lectura
La irrupción de la inteligencia artificial en las escuelas argentinas encontró a las
instituciones en un terreno repleto de incertidumbres. Faltan pautas claras, la mayoría
de los docentes reclama capacitación y los estudiantes ya experimentan con
herramientas que cambiaron la dinámica del aula.
Un informe realizado por Asociación de Institutos de Enseñanza Privada de Argentina
(AIEPA) a partir de evaluaciones y encuestas ofrece una radiografía de la situación:
concluye que existe entusiasmo y uso creciente, pero sin un marco común que ordene
la práctica.
“Este estudio confirma que estamos en una etapa inicial, en la que la innovación corre
más rápido que la regulación interna. Los docentes y los estudiantes ya interactúan con
estas herramientas en el aula, pero lo hacen sin un marco institucional común que
brinde certezas. Nuestro rol es reconocer esa brecha y trabajar para que las escuelas
puedan definir pautas claras y seguras”, señaló Martín Zurita, secretario ejecutivo de
AIEPA.
Algunos datos que surgen del informe realizado sobre 148 institutos de enseñanza de
distintas ciudades bonaerenses de CABA y el resto del pais: apenas dos de cada diez
escuelas afirmaron tener protocolos claros sobre el uso de IA por parte de los alumnos.
La mayoría admitió que está “trabajando en eso” o que ni siquiera comenzó a evaluarlo.
Esa falta de reglas choca con otro fenómeno: más de la mitad de los directivos y
docentes percibió que los estudiantes ya usan IA con frecuencia para sus tareas,
mientras que otro 24% dijo verlo de manera ocasional.
Al mismo tiempo, la postura de los educadores oscila entre el interés y la preocupación.
Un 65% describió la mirada general del plantel docente como “mixta”, una mezcla de
expectativa y dudas. Solo un 7,5% habló de una posición mayoritariamente positiva,
mientras que un 10% la definió como negativa.
La conclusión más contundente surgió al preguntar por la preparación de los docentes.
El 77,5% de los encuestados reclamó capacitación urgente y obligatoria en IA aplicada
a la educación, y otro 20% pidió instancias optativas. Apenas un 2,5% consideró que
con los recursos actuales alcanza.
Ese dato encontró un correlato en la experiencia individual: seis de cada diez docentes
dijeron no haber recibido formación específica, aunque manifestaron interés en hacerlo.
Entre quienes sí accedieron a capacitación, predominó la modalidad externa —cursos,
webinars— frente a las instancias organizadas por la propia institución.
El uso cotidiano mostró matices. Un 68% de los docentes ya utiliza alguna herramienta
de IA en su práctica, aunque la mayoría en forma ocasional o exploratoria. Solo un 19%
dijo hacerlo de manera habitual, mientras que un 11% declaró no tener interés en
usarla.
Las diferencias de roles también se hicieron visibles. Los directivos reconocieron un
uso más frecuente de IA por parte de los alumnos y mostraron una mayor proporción
de empleo habitual en su propia práctica. Los docentes, en cambio, la usan sobre todo
de manera esporádica y se muestran más reticentes a incorporar protocolos.
La IA ya ingresó en las aulas y desbordó los marcos formales. “Nuestro desafío es
acompañar a las instituciones para que la adopción de estas tecnologías sea ordenada,
segura y formativa. La inteligencia artificial no puede quedar librada al azar ni al uso
individual, porque su impacto trasciende lo pedagógico e involucra también cuestiones
éticas y sociales. Desde AIEPA creemos que la formación docente es el primer paso
para transformar la incertidumbre en una oportunidad”, sostuvo Zurita.
El dirigente de AIEPA concluyó que “el relevamiento dejó un mensaje claro. Sin
protocolos definidos y con una demanda contundente de capacitación, la IA se convirtió
en un factor disruptivo que obliga a repensar la enseñanza. Ya la pregunta no es si se
usará inteligencia artificial, sino cómo y bajo qué reglas”.













