AcompaƱantes terapƩuticos: aulas pobladas, burocracia y otras trabas
- AIEPA
- 8 abr
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El DĆa
En las asociaciones educativas genera alarma la cantidad de acompaƱantes en espacios Ɣulicos prediseƱados para cierta cantidad de estudiantes. Los papeles a presentar y las complicaciones salariales en este rubro

En el extenso mapa de establecimientos educativos desplegados en la Provincia de Buenos Aires, incluidos los de la Región, hay un problema latente y que tiene cada vez mĆ”s fuerza: las aulas escolares con una presencia masiva de acompaƱantes terapĆ©uticos, lo cual influye en el desempeƱo escolar de los miles de estudiantes bonaerenses. AsĆ lo registraron y comunicaron desde la Asociación de Institutos de EnseƱanza Privada de Argentina (AIEPA) a travĆ©s de un informe llamado āLa paradoja de la inclusión: Aulas sĆŗper pobladas de acompaƱantes y el perjuicio de los estudiantesā. En Ć©l, se analizó que ālas aulas de algunos establecimientos llegan a tener hasta siete acompaƱantes terapĆ©uticos que trabajan con chicos que presentan alguna discapacidadā, lo que provocarĆa, segĆŗn citaron, que āel dictado de clases se complejiceā.
La sĆŗper población de acompaƱantes terapĆ©uticos, ante una infraestructura educativa y edilicia pensada para una cantidad de estudiantes, es āel dilema a resolverā segĆŗn la organización Sobre ello, MartĆn Zurita, el secretario ejecutivo de la entidad, expresó: āEn los relevamientos que hacemos aparece como una problemĆ”tica que es una realidad. Las escuelas tienen que ser inclusivas, pero tenemos aulas con hasta 7 acompaƱantes terapĆ©uticos. Son 7 adultos que conviven en un espacio que estĆ” diseƱado para una cantidad determinada de alumnos y no para esta nueva realidadā. En el informe de AIEPA hicieron referencia tambiĆ©n a la Ley de Educación Nacional y a la Ley de Protección Integral de los Derechos de las NiƱas, NiƱos y Adolescentes y detalló: āEl Estado garantiza el acceso de los estudiantes con discapacidad al sistema educativo, pero no acompaƱa brindando las condiciones para que su estadĆa sea en las mejores condicionesā. AdemĆ”s, manifestaron: āLa ley y la buena voluntad de las escuelas no alcanzan para que los chicos reciban la educación que merecenā. Ante ello, Zurita exigió un ādebate sobre esta situaciónā. āEl Estado tiene que estar presente, generando un organismo, un espacio. Que haya una interacción y relación entre la agencia de discapacidad, situaciones locales y las escuelasā, propuso. A su vez, expresó que, en las instituciones educativas de muchas regiones āno hay la preparación suficiente en cuanto a la formación de los docentes y la infraestructuraā.
āAunque en el territorio bonaerense hay una regulación muy completa, el espacio en las escuelas para los acompaƱantes genera dificultadesā, describió Perpetuo Lentijo, secretario general de la Asociación de Entidades Educativas Privadas Argentinas (ADEEPRA). SegĆŗn el Ćŗltimo citado, la inclusión educativa ārequiere que todo el sistema se adapte a esta figuraā, pero depende de las diferentes decisiones escolares y ālos lĆmites que pongaā. No obstante, el secretario destacó que āla escuela de hoy estĆ” atravesada por otras variables complejas que la convierte en un escenario muy difĆcilā, y culminó: āTodos los chicos tienen particularidades. No se puede establecer la normalidad; ĀæquiĆ©n determina quĆ© es lo normal?ā.
MĆS COMPLICACIONES
Con todo este diagnóstico en mano por parte de las instituciones privadas, las familias se embarcan en la difĆcil tarea en buscar un acompaƱante terapĆ©utico. AquĆ, segĆŗn AIEPA, comienza una travesĆa con grandes complicaciones o āmuro burocrĆ”ticoā: āUn sinfĆn de idas y vueltas en busca de trĆ”mites y aprobaciones por parte del Estado y las obras sociales y prepagasā, indicaron en el informe.
Ello se debe a que ālas obras sociales suelen pedir todo tipo de documentación, incluido informes mĆ©dicos, evaluaciones psicológicas, certificados de discapacidad y planes de tratamiento detallados para autorizar los acompaƱamientos. El visto bueno demora meses e incluso aƱos y mientras tanto el niƱo permanece sin la ayudar necesariaā, expresaron desde la entidad. Asimismo, agregaron: āLas escuelas tambiĆ©n tienen una ardua tarea administrativa para favorecer la inclusión de los estudiantesā.
DamiĆ”n Alcaraz, acompaƱante terapĆ©utico de la Región con mĆ”s de una dĆ©cada de experiencia, definió a la actividad como ādesafiante, debido a que se tiene que comprender no sólo al paciente sino a los códigos del aula, a los docentes y a los directivos de cada instituciónā. AdemĆ”s de la complejidad de la tarea, se suma la convergencia de varios actores: āHay estudiantes que estĆ”n en āotraā, depende de las edades. Tienen que estar bien definidos los roles dentro del aula; nosotros tenemos que tener muchas herramientas para poder trabajarā. SegĆŗn AIEPA, ādebido a la alta demanda, los bajos salarios y la falta de polĆticas pĆŗblicas para la formación, las obras sociales y prepagas no consiguen personal calificadoā. En la misma lĆnea, Alcaraz expresó: āNunca cobramos al dĆa. Cuando arranquĆ© a trabajar, me pagaron el primer sueldo cinco meses despuĆ©sā.